Todos conocemos, o hemos oído hablar, de la grandiosa película de "El Exorcista", un filme que data del año 1973 que sacudió los pilares del cine de terror y las bases sobre las que se asentaba el límite de lo que debe ser, o no, mostrado en las salas de cine de todo el mundo.
Como todos ya sabréis, la trama de esta película gira en torno a Reagan; una jovencita que comienza a jugar con la ouija hasta que este juego, supuestamente inofensivo, comienza a jugar con ella. Esto lo hace a través de un demonio (o "el" demonio) que intentará, a toda costa, acabar con ella y asegurarse de que la desdicha invada hasta los cimientos de esa mítica casa. Terrorífico, creedme.
La escena que os ofrezco hoy es esa que sucede justo después de la relajación de esfínteres que nuestra protagonista experimenta en plena fiesta de su madre. Puede no ser la más terrorífica de la película, pero para mí fue la primera escena en la que experimenté una piloerección y un retortijón de estómago lo suficientemente intensos como para prepararme para lo que sucedería más adelante.
Así que, espero que todos aquellos que aún no hayan visto la película se vean animados a hacerlo después de esta primera (y mitiquísima) escena.
Que la disfrutéis.
Jerry
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