Aprovechando el alcance del desolador término “generación perdida”, que
hace referencia a todos esos jóvenes de, aproximadamente, 18 a 26 años que ni
estudian ni trabajan por causas ajenas a su valía, he de admitir que yo
pertenezco a la “generación cinéfila
perdida”: ese colectivo de cinéfilos que se intenta mantener al día de las
noticias del mundo del Séptimo Arte pero que aún no ha visto sus clásicos (y,
por tanto, no conoce sus antecedentes), ese colectivo que escribe sobre películas
y series pero cuya carrera académica no se parece en nada a lo que podría
ofrecer una comunicación audiovisual o un periodismo… Pertenezco a esa
generación, y, desgraciadamente, me va a costar mucho superar los obstáculos que
me impiden acceder al título de cinéfilo
en condiciones.
Sin embargo, y manteniendo mi
condición de Rey de la Mundanidad Cinéfila que aún no ha visto La Dolce Vita, me aventuré a ir a uno de
esos Miércoles al Cine a ver La Grande Bellezza en versión original
subtitulada. Con mi única entrada en la mano, y tras haber aparcado el coche,
entré en la sala, me senté – más solo que la una – en la butaca número diez, y
me concentré en lo que esta joya cinematográfica me iba a ofrecer.
● Año: 2013
●
Director:
Paolo Sorrentino
●
Cast:
Toni Servillo, Sabrina Ferilli, Carlo Verdone, Carlo Buccirosso, Iaia Forte,
Pamela Villoresi, Franco Graziosi, Serena Grandi…
●
Música:
Lele Marchitelli
●
Nominaciones a los Óscar: Mejor Película de Habla No Inglesa
●
Duración:
142min.
Si hace dos años la fiesta
cinéfila por excelencia fue encarnada por la gamberra y adolescente Project X, y si el año pasado
presenciamos la desorbitada y glamurosa celebración del agotador Gatsby, este
año toca viajar a Roma para asistir a las descontroladas noches – y, como ya
veremos, vidas – de la crème de la crème
italiana; un conjunto de adultos desfasados (y pasadísimos de rosca) que
duermen por el día, celebran por la noche, y pasean al amanecer por una
esperpéntica Roma infestada de curiosos, charlatanes, frívolos y –
paradójicamente - cautivadores personajes.
Tras una extraña introducción en
la que se nos presentan – sin que nosotros aún lo sepamos - “los mejores
habitantes de Roma”, La Gran Belleza,
de forma dramáticamente eficaz y dejando sin respiración a todo espectador por su imprevisibilidad, nos
contextualiza – fiesta mediante - los 65 años de su protagonista: Jep
Gambardella, un periodista que llegó a Roma con el propósito de coronarse como
el Rey de lo Mundano, un monarca que no asistiría a todas las fiestas pero que sí
gozaría del poder de aguarlas, y que, sin embargo, terminaría ejerciendo como un poco inspirado soberano que – tiempo atrás – escribió una supuesta obra de arte.
Así como hay gente que critica
El Lobo de Wall Street por lo
repulsivamente poco correcta que es y por el nefastísimo mensaje que transmite, no creo que haya nadie que ose
declarar que La Gran Belleza, debido
a la realidad italiana – ya sea real o no – que da a conocer, sea “asquerosa”. Sintiéndolo mucho, y tal y como anticipa su título, la nueva película de Paolo Sorrentino es una de las bellezas cinematográficas más
increíbles que he visto en mi corta vida.
Empezando por lo visualmente
cautivadora que resultan la grandísima mayoría de sus escenas,
pasando por los monólogos tan pútridos como apasionantes del protagonista, los majaderos personajes que no hacen más que beber alcohol y asistir
a fiestas o reuniones nocturnas en las que los cimientos de sus frívolas e inestables
personalidades son demolidos por culpa de su cegadora e inmerecida soberbia, y
terminando por una música celestial que es capaz de transportar al espectador a
una Roma vista a través de la lente de una cámara que sabe encontrar el
objetivo o la maniobra perfecta, La Gran
Belleza se coronó, desde el mismísimo momento en el que mi cuerpo decidió
quedarse petrificado en la butaca a pesar de que los créditos finales
estuviesen gritándome que me fuese a casa, en la película que más me ha gustado
del año 2013.
A pesar de que La Gran Belleza tenga una duración excesiva (pero para nada molesta), la nueva cinta de Paolo
Sorrentino es absolutamente perfecta: toda su maquinaria está coordinada de una
forma magistral, sus clavijas – representadas en ese perfecto elenco de actores
– están engrasadas con el aceite cinéfilo más delicioso que uno pueda encontrar,
y, por si no fuera poco, el producto que sale de sus incendiarios hornos es
exquisito.
Pertenezco a la generación cinéfila
perdida: no acostumbro a ver clásicos, no he estudiado una carrera relacionada con
el Séptimo Arte, no soy periodista, y no he visto La Dolce Vita. Soy un estudiante que aún ha contemplado pocas
películas pero que es lo suficientemente aficionado al cine como para haber
sentido la más suprema fascinación al ver La
Gran Belleza: una película italiana que goza de carácter propio, que tiene
una soberbia capacidad para hipnotizar, y que debería conseguir embaucar hasta
al más reacio de los espectadores.
Imprescindible.
●Te
gustará si:
quieres ver una película que merecería más que sólo una nominación a Mejor
Película de Habla No Inglesa.
●
No te gustará si:
no toleras los filmes que extienden su duración unos minutos más de los
necesarios, o si no estás en “situación” para contemplar la belleza de la
película de Paolo Sorrentino.
Jerry
Vaya! Mira, soy más grande que tú, he visto "la Dolce Vita", soy escenógrafa de profesión, por lo cual "lo visual" del espectáculo es lo mío, amo a Italia (ya habrás visto que en los Premios 20Blogs compito con un blog sobre Italia), y tengo esta película en mi casa y aún no la he visto! Imagina, con semejante crítica tuya, que ya mismo apagaré la compu y me pondré a verla !!!!! Ja! Gracias Jerry, me pareció una bella confesión de partes, y una manifestación pura de entusiasmo estético que contagia. Abrazo!
ResponderEliminar¡Patzy! Pues ya me contarás qué te parece... Espero que las expectativas tampoco estén altísimas, porque a veces cuando te hablan muy bien de una película, luego a uno puede no parecerle tan buena. ¡Ya me contarás! Un abrazo!
EliminarLa gran belleza es esta pelicula!! me fascinó y la recuerdo con emoción ya después de varias semanas que la vi.
ResponderEliminarEs una obra de arte y me encanta haber leído tantas reseñas que concluyen lo mismo.
Sus personajes son repulsivamente atrayentes.
La música transporta, los escenarios te conmueven.
Se disfruta de principio a fin, lo largo pasa desapercibido.
Yo diría que es una peli para ver ANTES DE MORIR.
Saludos :-)
Si quieres lee mi apreciación de la peli aquí: http://observandocine.com/la-gran-belleza-la-grande-bellezza/
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