jueves, 4 de junio de 2015

Anatomía de Grey: Onceava Temporada

Conforme pasa el tiempo me voy dando cuenta de que, lógicamente, me estoy convirtiendo en un espectador mucho más exigente del que era allá por 2002, cuando veía series españolas tan míticas como Hospital Central y aún no había descubierto producciones americanas como Anatomía de Grey, Perdidos o Mujeres Desesperadas.

Sí, señores. Esas tres fueron las primeras series – sin contar con las por aquel entonces fascinantes Embrujadas o The O.C. – que me abrieron las puertas al enorme panorama seriéfilo en el que ahora estoy tan metido y, de todas ellas, sólo una sigue en antena: la de Shonda Rhimes, ese drama médico que, desde hace ya una temporada, está empezando a provocarme molestas digestiones.

Hasta hace unas semanas.

Creador: Shonda Rhimes
Género: Drama
Reparto: Ellen Pompeo, Patrick Dempsey, Justin Chambers, Chandra Wilson, James Pickens Jr., Sara Ramirez, Kevin McKidd, Jessica Chapshaw, Sarah Drew, Jesse Williams, Caterina Scorsone, Camilla Luddington, Jerrika Hinton, Kelly McCreary, Jason George…
Duración: 11 Temporadas
País de Origen: EEUU

[Aviso: Posibles SPOILERS]


Todos sabemos lo que es Anatomía de Grey. Todos reconocemos que es un dramón, todos ponemos en duda su calidad, y, sin embargo, muchos de nosotros seguimos sucumbiendo a sus encantos. Y es que esta serie, que ha pasado a ser uno de los mayores guilty pleasures del día a día de cualquier seriéfilo, acaba de terminar su onceava temporada (que se dice pronto) y se ha convertido en el centro de toda conversación del momento. ¿Por qué? Por haber matado a un protagonista más.

Tras la emisión del mortífero episodio, las redes sociales explotaron, Divinity estrenó un ciclo llamado “Maldita Shonda”, los eternos defensores de esta producción se tiraron de los pelos y dijeron que nunca más la volverían a ver (como yo hice allá por la octava temporada), y yo, sin embargo, asentí y dije: “Así se hace, Shonda. La gente seguirá hablando de tu serie y eso, diez años después del estreno, se merece un sonoro aplauso".


Esta temporada ha tenido muchísimos defectos. Es más, creo que es la que menos me ha gustado de todas. Ha contado con tramas aburridísimas, las médicamente disparatadas vidas de los personajes han pasado a ser ordinarias existencias focalizadas en un amor más resbaladizo que el de los insoportables protagonistas de Gossip Girl, y la torpeza con la que se han elaborado esta veintena de episodios ha sido asombrosa. Sin embargo, si algo ha brillado en ella ha sido precisamente lo  que dijo la Dra. Yang antes de partir: “He’s not the sun. You are.”

Para quien aún no lo supiese, Meredith es – y siempre será - el centro de la serie y, como muy bien hemos aprendido a lo largo de estos capítulos, el show puede funcionar sin el otro astro. Y lo hará: prueba de ello es que la calidad de la temporada se ha disparado a partir del episodio 21, que sirvió como despedida al personaje de un actor que decidió no dedicar más tiempo a la serie que le había mantenido comprometido durante una década. 

Tras el melodramático y traumático adiós de How To Save a Life, Anatomía de Grey ha vuelto a ser lo que era; el horizonte temático que se acaba de abrir en la serie es rico, por fin los nuevos personajes no sólo respiran tranquilos sino que además ofrecen algo interesante al espectador, la música vuelve a emocionar y a arrastrar a los seguidores de la serie a Spotify para retroalimentarse con sus melodías… Me atrevo a decir que, mientras los leales espectadores no huyan como cuando en The OC murió quien todos vosotros sabéis, la gallina de los huevos de oro de Shonda Rhimes tiene un futuro más prometedor que el que tenía hace un año.


Y a pesar de que no quiero ser demasiado benévolo, porque esta temporada ha sido muy mediocre, tengo que admitir que los últimos cuatro episodios han servido para que un fiel seguidor como yo se dé cuenta de qué es lo que le retiene, de que lo que le arrastra a ver Grey’s es algo más que el mero morbo de saber qué ocurrirá en el desgraciado Seattle Grace Mercy Death… Y es que llevo once años hablando de Anatomía de Grey y once años concibiendo a sus personajes como algo más que una mera imagen en el televisor. No sólo me hicieron llorar a lágrima tendida por cosas por las que ahora no lloraría, sino que además – y sólo hasta cierto punto - me inspiraron para hacer medicina. Sus ficticias vidas ya me recuerdan a la mía, a gente con la que ya no me junto pero con la que compartí algo de la serie en algún momento... Anatomía de Grey, desgraciadamenteforma parte de mí: de mi adolescencia, de mis últimos años de colegio, de mi carrera universitaria... De casi todo. Y aunque sé perfectamente que el Jerry de hoy en día no empezaría a ver una serie como ésta, en su momento lo hice. Y, por eso, seguiré viéndola.

Hasta el final.

● Lo que MÁS me gusta: el valor sentimental que esta serie tiene para mí.

● Lo que MENOS me gusta: que esta temporada no haya conseguido inquietarme hasta sus últimos cuatro episodios.

● Dónde la veo: Anatomía de Grey se emite en Fox Life y Divinity.

Jerry

3 comentarios:

  1. Hola! La verdad es que tienes razón, esta temporada no ha sido de las mejores! Pero bueno yo me sigo entreteniendo!

    Espero que Kepner no se vaya porque me encanta! Ya me fastidiaron con Lexie y con Derek!

    Un saludo!

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  2. Hey, acabo de encontrar tu blog y en realidad, me gusta la forma en que hablas de mis series favoritas: Six feet under y Grey's Anatomy, jeje tenemos opiniones parecídad

    Espero que pronto hables de la doceava temporada. Saludos desde Venezuela!!

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    Respuestas
    1. ¡Hola Daniel! Me alegro mucho de que te hayan gustado mis comentarios sobre las series que mencionas. A ambas les tengo mucho cariño. ¡Un saludo y espero que sigas visitándonos!

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