Como muy bien anticipaba en la
entrada de ayer sobre la espectacular Jurassic Park, el rumbo que la saga de Spielberg tomó a partir de El Mundo Perdido no pudo ser peor. Quizás la secuela a esa fábrica de hacer dinero no mantuviese el beneficio que su
predecesora marcó allá por 1993, pero, aunque éste fue considerable, el
segundo asalto al parque de dinosaurios más famoso del mundo no se
podría considerar un éxito de taquilla.
Porque no lo fue. Habiendo
aumentado el presupuesto de la secuela en millones con respecto a su
predecesora, ahí donde Jurassic Park alcanzó los billones de dólares de beneficio, El Mundo Perdido se quedó en unos escasos 618 millones; una
cantidad para nada despreciable, pero muy ilustrativa de la degeneración en la
que Spielberg había metido mano.
● Año: 1997
●
Director:
Steven Spielberg
●
Cast:
Jeff Goldblum, Julianne Moore, Vince Vaughn, Pete Postlethwaite, Arliss Howard…
●
Música:
John Williams
●
Nominaciones a los Óscar: Mejor Efectos Visuales (Nominada)
●
Duración:
129min
Si yo mismo leyese esta
entrada hace doce años, probablemente optaría por empezar un blog de cine y
televisión en el que poder expresar mi descontento hacia los críticos de cine. Esa
página recibiría un nombre parecido a “Malditos
Blogueros que quieren ser Críticos de Cine”, y su primera entrada estaría
dedicada a las injustas críticas que un filme tan trepidante como El Mundo Perdido había recibido.
Desgraciadamente no tengo doce
años y, aunque aún no llegue a la treintena, mi criterio a la hora de juzgar
películas ha cambiado mucho. Muchísimo. Quizás sea esa la razón por la que,
cuando revisité la secuela de Jurassic
Park, mis ojos alucinaban con el absoluto y desvergonzado fracaso que
Spielberg rodó cuatro años después de haber alcanzado la cumbre jurásica del
Séptimo Arte.
Sin ir más lejos, El Mundo Perdido me pareció
una de las secuelas más mediocres que he visto en toda mi vida. Ya no sólo considero ofensivo que Spielberg se atreviese a adaptar un guión tan bobalicón y
tan lleno de los llamados ”plot holes”
que sólo la inocente y poco crítica mente de un niño podría dejar pasar, sino
que la avaricia que gobernó la cabeza del Rey Midas de Hollywood durante su
producción es tan evidente que da urticaria sólo de pensarlo.
Stevie quiso hacer una
película más grande, más jurásica y más espectacular sin tener en cuenta que si
un filme no es bueno, da igual que
sus efectos digitales y sus animatronics
sean increíbles, porque no funcionará. Y El
Mundo Perdido no fue para menos: ese delirio de grandeza en el que uno de mis
directores de cine favoritos se sumió, terminó condenando una saga con un
potencial enorme que sólo quince años después se ha atrevido a volver a asomar
el hocico en la cartelera.
A pesar de que este amago por retroalimentar la pasión jurásica que todos los espectadores desarrollaron hace unos años fuese sincero, e incluso a pesar de que la cinta contase con momentos memorables (la secuencia de la
caravana es apasionante), el resto de apartados de El Mundo Perdido es muy mediocre. Ni la banda sonora de Williams
alcanza el sobresaliente, ni la historia fue empezada por sus cimientos, ni el montaje de sonido es lo que pudo haber sido, ni
Ian Malcolm es tan divertido como el de Jurassic
Park.
El
Mundo Perdido es
un fracaso en toda regla y, por si alguno de vosotros sigue teniendo alguna
duda, por favor recuerden el último cuarto de la película. Me parece fenomenal
que se quiera homenajear a bestias cinematográficas como King Kong o Godzilla,
pero, Spielberg, ¿de verdad querías llevar un dinosaurio a la ciudad?
Por favor, no seas cutre. O por lo menos hazlo con un mínimo de clase, que el público no es tonto y te puede ver el plumero.
●Te
gustará si:
aún eres un poco exigente crío encerrado en el cuerpo de un adulto.
●
No te gustará si:
recuerdas que, cuando viste de pequeño la película, te pareció espectacular.
Jerry
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