Por lo tanto, unos meses después
de haber concluido el estudio, y tras haber recibido un insistente feedback positivo de la serie por parte
de un gran amigo mío, decidí empezar la segunda temporada sin someter a crítica
a su predecesora. Porque estoy muy loco.
● Creador: Matthew
Weiner.
●
Género: Drama.
● Reparto: John
Hamm, Elisabeth Moss, Vincent Kartheiser, January Jones, Christina Hendricks,
Bryan Batt, Michael Hendricks, Aaron Staton, Rich Sommer, John Slattery…
●
Duración: 7 Temporadas
(2007-2015)
●
País de Origen: EEUU.
No soy capaz de aceptar la
remota posibilidad de que haya algún lector de este blog que nunca haya oído
hablar de Mad Men. Esto no lo digo
porque yo le haya dado mucho bombo a la gallina de los huevos de oro de Weiner
(porque, a decir verdad, no lo he hecho), sino porque me cuesta creer que
existan amantes de la caja tonta que ni siquiera sepan que Mad Men es una serie sobre el mundo de la publicidad y el
marketing.
En este curioso entorno, poco
frecuentado por un panorama televisivo que suele ofrecer ficciones ambientadas
en el mundo de la medicina, el derecho, la investigación policial o el
espectáculo, no sólo conoceremos a unos interesantísimos – y repulsivos –
personajes, sino que además podremos hacernos a la idea de cómo era la sociedad
americana de los años sesenta. Y de cómo responde ante ella la del día de hoy.
Por mucho que algunos pongan
en duda el hecho de que Mad Men hace una
supuestamente bien merecida justicia a la época en la que “los hombres eran hombres, y las mujeres eran faldas”, y aunque haya
más de un espectador que la critique por el poco disimulado machismo que inunda
todos y cada uno de sus episodios, la grandeza de la historia de Don Draper es
precisamente esa: el toquecito de atención que da a todos los espectadores mientras,
paradójicamente, presenta un ambiente bastante cool (en terminología contemporánea) en el que la creatividad
publicitaria tenía que ir acompañada de cigarros, alcohol, más cigarros, un
poco más de alcohol, adulterio y, ya que estamos, comida. Escandaloso y
excesivo, sí. Pero atractivo.
Los protagonistas de Mad Men – o, mejor dicho, los personajes
de su segunda temporada – viven en una malacostumbrada pero glamurosa burbuja
de excesos que explota delante de nuestras narices para darnos lecciones de lo
que está mal o lo que está peor. De lo que nos debería gustar y de lo que no.
De lo engañada que vivía una sociedad representada por ordinarias y flamantes figuras
como la Betty de January Jones, y de lo escasa y menospreciada que era la lucha
de la mujer por hacerse un hueco en un mundo de hombres que sólo veía Jackies o
Marilyns, pero no Peggys.
Esta serie de hombres
enchaquetados y mujeres vestidas como muñecas de trapo, no es más que un
fidedigno retrato de lo que fue y de lo que, desgraciadamente, muchos desearían
que fuese: puro exceso. Un exceso audiovisualmente sobresaliente, lleno de
pequeños detalles que dan voces en grito, precedido por unos créditos iniciales
asombrosos, respaldado por una ambientación excelente y protagonizado por un
reparto cuanto menos resultón.
Eso es la segunda temporada de Mad Men. Y reconozco que no se pueden tener más ganas de empezar la tercera.
● Lo que MÁS me
gusta: la ambientación y la paciencia con la que los personajes se van
perfilando.
● Lo que MENOS me
gusta: el exceso que promueve y la simpatía que genera por un tiempo lleno
de acalladas injusticias.
● Dónde la veo: las temporadas de Mad Men están disponibles en formato DVD/Blu-Ray y en plataformas como WuakiTV.
● Dónde la veo: las temporadas de Mad Men están disponibles en formato DVD/Blu-Ray y en plataformas como WuakiTV.
Jerry.
[Ruego disculpéis la mala calidad de las imágenes, son de hace muchos años y, además, últimamente Blogger empeora la calidad de las imágenes que se suben al blog]
[Ruego disculpéis la mala calidad de las imágenes, son de hace muchos años y, además, últimamente Blogger empeora la calidad de las imágenes que se suben al blog]
No hay comentarios:
Publicar un comentario