Teniendo en cuenta que últimamente os estoy ofreciendo como "Escenas de la Semana" fragmentos de películas pertenecientes al género de terror, sería bastante desafortunado no incluir dentro de ese "pack" a una de las escenas más famosas de la historia del cine.
Sí, señores. Si habéis leído el título de la entrada todos sabréis sin dudar ni un segundo a qué escena exacta de la película me estoy refiriendo. Y, por ello, resulta bastante obvio que no podríamos considerar a esta entrada como un "spoiler": todo el mundo sabe que, en algún momento de la película, esta escena va a tener lugar (al igual que todo el mundo sabe que en American Beauty, aún sin haberla visto, hay una escena en la que los pétalos de rosa son los protagonistas).
Esta escena, que cuenta con una elegancia desorbitada, nos hace reflexionar sobre el cine de hoy en día debido al simplísimo hecho de que la secuencia es igual de eficaz que cualquier otra a pesar de que en ella no se aprecia ni un mísero atisbo de nalgas femeninas, ni senos, ni heridas de las que brota sangre a borbotones. Touché, Cine Moderno. Touché.
La escena de la ducha de Psicosis es, como ya he dicho, la elegancia hecha fotograma. Y ese plano final de la víctima es... absolutamente magnífico.
¡Bravo Hitchcock! A ver si los cineastas de hoy en día aprenden de ella.
Que la disfrutéis.
Jerry
Sin duda es la escena paradigmática del cine de terror, y lo mejor son las curiosidades que hay en torno a ella (sangre = sirope de chocolate, puñaladas simuladas a un melón, la semana de rodaje de la escena, etc).
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