A pesar de que en verano la
cartelera se ha visto invadida por una obscena cantidad de blockbusters destinados a desangrar los bolsillos de un
público dispuesto a disfrutar de películas de presupuestos estratosféricos y
calidad en ocasiones mezquina, no resulta disparatado querer desconectar un poco de todo lo puramente comercial para ver un filme
distinto; uno de esos títulos que, si no has leído sobre ellos, no vas a tener
ni idea de que existen. Porque, simplemente, para el ojo del espectador fortuito, no lo hacen.
Después de haber visto gallinas de huevos de oro como X-Men: Días del Futuro Pasado, El Amanecer del Planeta de los Simios o
Guardianes de la Galaxia, tomarse un
respiro con un filme financiado con menos de dos millones de dólares es un verdadero placer…
Sobre todo cuando la propuesta del mismo es tan peculiar como la de Locke: una nueva producción británica bastante
arriesgada que ha llegado a los mejores cines con una estela de excelentes
críticas.
● Año: 2014
●
Director:
Steven Knight
●
Cast:
Tom Hardy
●
Música:
Dickon Hinchliffe
●
Duración:
84min
No, no me he equivocado.
Aunque sorprenda ver que entre los miembros del reparto sólo figura un nombre,
no os estoy mintiendo. Locke es una
película que en, cierto modo, se parece mucho a la Buried del año 2009. Durante sus cerca de 90 minutos de
duración, sólo le vemos el rostro a uno de los personajes de la trama: Ivan Locke.
La popular obra de Rodrigo
Cortés y el nuevo trabajo del creador de la fantástica (y también británica)
serie Peaky Blinders coinciden en una
misma cosa: tras el fundido a negro, las vidas de los ficticios protagonistas darán
un drástico giro de trescientos sesenta grados. Así como Ryan Reynolds tenía
que afrontar un espeluznante “Lo siento,
Paul”, Ivan Locke abre una caja de Pandora. El decente marido y ejemplar trabajador pasa a ser – en el
reducido plazo de una hora - un infiel marido en paro que va a reconocer a un hijo fuera de su matrimonio. Y nosotros somos testigos de ello.
Tres llamadas telefónicas. Tres explicaciones. Un
viaje en coche. Otra vida.
He de reconocer que no sé muy
bien qué pensar sobre Locke. Cuando
me senté en mi solitaria butaca (porque, efectivamente, también fui solo al cine), pensé que iba a ver una
grandísima obra de arte; un filme de estos que te dejan clavado en el asiento y
que te disuade de emerger de la oscuridad de la sala por el supremo gozo
cinéfilo que ha generado dentro de ti. Sin embargo, y a pesar de que no pasé un
mal rato con Locke, no puedo ir más
allá de decir que para mí terminó siendo una película de la que, simplemente, “tienes
que tener una opinión”.
Sí. Ese tipo de películas
existen y están por todos lados: 12 Años de Esclavitud fue una de ellas por lo totalmente injusta que fue su
estatuilla (vamos, señores, admitid – como algún que otro actor ya ha hecho –
que esa votación estaba sesgada por la evidente falta de criterio que reinó en
las papeletas de los “académicos”), Enemy
podría ser otra más por eso de que resulta muy enriquecedor compartir las distintas
explicaciones que cada uno pueda darle a su trama (si no os lo creéis, no
dejéis de leer esta entrada del blog) y Locke
también entraría dentro del pack. Pero por algo muy distinto: por ser tan
especial.
Es imposible no apreciar el
apabullante mérito que tiene rodar una película ambientada en un aparentemente aburrido vehículo que termina siendo el desolador y aislado escenario del final de una cómoda vida y del comienzo de otra en la que la reina de los sentimientos pasará a ser la incertidumbre. Es imposible no querer aplaudir ante la soberbia
interpretación de un inmenso Tom Hardy que, con cada día que pasa, va ascendiendo a
pasos más agigantados por los escalones de la fama de Hollywood. Es imposible
no ver que Locke no es una película
cualquiera y que, si sus engranajes funcionan, lo hacen porque el responsable
de la misma conoce muy bien cuáles son las piezas fundamentales de esa máquina
cinéfila que todo director quiere llegar a dominar. Imposible, señores.
Sin embargo, y a pesar de que la disfruté y de que me pareció una película merecedora de más de un importante
reconocimiento, se me terminó haciendo larga. Creo que Steven Knight intentó
estirar demasiado un chicle que ya había perdido el sabor cuando salieron los
créditos finales. Me sobraron llamadas, miradas, luces y conversaciones... y el gran problema de esta impresión es
que, por culpa suya, no puedo considerar a Locke
como la obra maestra que algunos nos habían prometido. Porque, señores, como se
te haga larga un filme de las características de Locke, te aburres, miras el reloj, y te revuelves en la butaca. Y todos sabemos que eso no es bueno.
Eso sí, no dejéis que el factor tiempo os influya. Recordad que Locke
es una película de la que hay que
tener una opinión, así que os recomiendo que vayáis al cine a verla. No todos los días tenemos
propuestas tan distintas, originales, arriesgadas y bien ejecutadas como esta
en taquilla.
●Te
gustará si:
esos minutos de conversaciones que le sobran al metraje no te importan en
absoluto por eso de que contemplar a Hardy actuar en la gran pantalla es un verdadero
espectáculo.
●
No te gustará si:
entras en la sala sin saber muy bien lo que te vas a encontrar.
Jerry
Hola,
ResponderEliminarMe ha gustado bastante tu blog, y hombre la verdad no entendi muy bien a que te refieres cuando hablas de una película de la que hay que tener una opinion. Me parece que lo dejas muy vago o soy yo medio lento y no lo entendí muy bien. ADemas lo pintas como algo ambiguo, puede ser bueno pero puede ser malo?
Hablando de Locke a mi me pareció una buena actuación, no más. Toda la película esta desde mi punto de vista sobre-dirigida o sobre-editada, la que agarremos mejor. La camara se mueve en exceso y hay demasiados planos que tratan de ser inteligentes que simplemente desconcentran al espectador. La verdad cliche, tras cliche (cosa que no es mala si los sabemos usar).
No logramos simpatizar con el personaje y ni el guión ni la dirección ayudan.
Spoiler Allert: Todo el drama con el padre, no se tú pero a mi zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz
¡Muchas gracias Giacinto! Efectivamente, precisamente digo que "es una película de la que hay que tener una opinión" y que eso puede ser o bueno o malo. Lo digo porque tal y como está planteada, "Locke" termina funcionando como un estilo de película totalmente distinto al que estamos acostumbrados, y, precisamente por eso, hay que tener una opinión sobre ella: sea buena o mala.
EliminarA mí, personalmente, me gustó. Sin embargo, se me hizo un poco pesada. Me parece que su planteamiento tiene mucho mérito y me dejó anonadado la actuación de Tom Hardy.. Pero el factor tiempo no perdona, y se me hizo - en alguna ocasión - pesada. Así que más o menos tenemos la misma opinión sobre ella.
Un saludo!